ALIMENTAMOS NUESTRA FE EN TIEMPO DE CRISIS
“Cuando las cosas se hunden, deben surgir algo nuevo” (San Arnoldo).
Bajo el contexto de pandemia en el que se nos ha paralizado en muchos aspectos: tanto en lo laboral como en lo académico, surge la necesidad de encontrar la fuerza necesaria para mantenernos en pie. Nos podemos sentir impotentes el aspecto material-físico, pero no así en lo espiritual, nuestra fe se puede ver debilitada pero no paralizada, pues es lo último que se pierde, es la esperanza… como dice la sabiduría popular. San Pablo nos enseña que la esperanza no nos defrauda (Romanos 5,5). Es la fuerza del amor de Dios que nos nutre, nos une, nos fortalece y nos hace crecer en tiempo de crisis. Dios que se hace presente en nuestra historia en su Hijo Jesús – Dios Emmanuel es el Dios de la historia, que nos acompaña en todo momento, nunca nos abandona, menos en tiempo de crisis.
La presencia de Dios se experimenta en forma real y tangible en la comunidad. Dios de los cristianos es Dios Uno y Trino es Dios de comunión.
El pasado miércoles 13 de mayo se realizó nuestra primera reunión de catequesis y fue un reencuentro que nos permitió experimentar la presencia de Dios de la historia que intervino para salvar a su pueblo que clama día y noche. Con el tema «La Última Cena: Celebración de la Nueva Alianza» reflexionamos acerca del pesaje – el paso – la Pascua de Dios para salvar.
Fue una hermosa experiencia de encontrarnos como Familia Verbita que persevera en su formación cristiana y de sentirse acompañado por la presencia de Dios en momentos de oración, de reflexión, de compartir y escuchar unos a otros. Hubo muchas emociones, mucho deseo de encontrarse, de volverse a ver, aunque sea por la pantalla.
Los estudiantes de 4° básicos acompañados por sus padres participaron activamente durante la catequesis. Se llevaron tareas y compromisos para seguir creciendo en su aprendizaje y formación valórica cristiana. En el mundo actual en que vivimos, dónde se quiere construir sin Dios, se puede perder el rumbo y hasta se puede perder el sentido común. Por eso más que nunca necesitamos formarnos, dejarnos guiar por Jesús en medio de la crisis, de las tinieblas, de grandes olas y tempestades necesitamos volver a Jesús, a clamarle, a pedirle, ¿Maestro, no te importa que nos hundamos? y Él nos dirá: ¡Ten ánimo, he vencido al mundo¡ (Juan 16,33). Bendiciones de Dios.
Equipo Pastoral.